viernes, 9 de noviembre de 2012

ESCUELA SELECTIVA

ARE.TATI@GMAIL.COM
Escuela selectiva” da la impresión de que persigue embarcar a los alumnos en una competición en la que los menos aptos son arrojados a la cuneta y sólo se presta atención a los que más rinden. Suele hablarse de ella también como “discriminadora”, en su sentido más peyorativo (y es cierto que en ella se “discrimina”, pero sólo en el sentido de “distinguir entre diferentes” y no en el de “excluir” a nadie). Lo cierto es que la escuela selectiva busca agrupar a los alumnos según sus capacidades, sus necesidades y sus características, de manera que cada grupo reciba la educación que le sea más adecuada, diferente para cada grupo, ya que los alumnos en cada uno de los grupos son homogéneos y con capacidades y necesidades similares. De este modo, todos los alumnos reciben la mejor educación posible.
En definitiva, la escuela selectiva es la que peor prensa tiene, aunque en realidad es la que mejor atiende las necesidades de sus alumnos y garantiza mejor su futuro. La escuela comprensiva, en cambio, es la escuela “progre”, la que tiene mejor prensa, la que se vende como “lugar idílico donde se reúnen beatíficos profesores con adorables alumnos y es un remanso de felicidad y alegría”, cuando en realidad es la que está haciendo crecer a ritmo galopante la violencia en las aulas y fuera de ellas, contra compañeros y profesores, las bajas por ansiedad y estrés de dichos profesores, y la que ha hecho caer en picado los niveles de cultura, instrucción y disciplina de los alumnos, según se refleja en los sucesivos informes PISA, en los que cada vez bajamos más el nivel. Así nos va.